En el caso de Los demonios de Dorothy (dirigida por Alexis Langlois) la historia parte de las vicisitudes de una novel aspirante a cineasta que dio rienda suelta a su imaginación al escribir el guión de su película pero no tuvo en cuenta las restricciones del mercado por lo cual ahora atraviesa una etapa de crisis al no conseguir inversores genuinos que puedan solventar su producción. A partir de entonces, la joven Dorothy ingresa en un espiral de odio e insatisfacción que la llevará a buscar un refugio seguro en todas las figuras femeninas del cine con las que se inspiró y que le devolverán la confianza para continuar con su proceso creativo.
En ese preciso momento, luego de quedarse dormida entre llantos y letanías, aparece en la pantalla de su televisor una antigua heroína caza vampiros y, a partir de ese encuentro epifánico Dorothy descubrirá la verdadera identidad de su productora, los oscuros sentimientos de su castradora madre y el fatal encanto de Xena Lodan, una actriz y cineasta millenial que funciona como su alter ego y que representa todo aquello que sabe nunca va a poder lograr.